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domingo, 17 de diciembre de 2017

Esta Navidad no será...



Las fiestas navideñas se acercan y hay que empezar a hacer preparativos. El tiempo se nos echa encima tanto si viajamos como si nos quedamos, así que M. ha llamado a la ECAI para ver si podemos aclarar algo. 

Resulta que el documento que estamos esperando de China, la LOA, aún no ha llegado. Este papel es un certificado de las autoridades chinas en el que se confirma que están de acuerdo con que seamos nosotros y no otros quienes se conviertan en padres de Y. Es un mero formalismo, puesto que la asignación ya se aceptó, pero es necesaria para poder dar el siguiente paso, que no es otro que la expedición de nuestros visados. Sin este papel no podemos hacer absolutamente nada. 

Pues bien, independientemente de que esta documentación hubiera llegado o lo hiciera en los próximos días, nos daría igual porque la embajada española en China cierra por Navidad desde esta misma semana hasta el 8 de enero. Así, sin más. No queda nadie que pudiera encargarse de los casos de adopción. 

Así que... me he desplomado del todo. Y no debería, porque este camino es así, incierto, lleno de baches, de vueltas y de montañas rusas. Hay mil cosas que una no puede controlar y casi siempre la gran mayoría aparecen para recordarte que nada es tan fácil. Y no es que nuestro proceso lo haya sido pues, tras batallar y cambiar de país tres veces en tres años, nos hemos tenido que enfrentar a la negativa de los técnicos de nuestra ciudad por el simple hecho que sabíamos más cosas que ellos. Hemos visto cómo otros procesos han ido saliendo y el nuestro se paralizaba, no hemos obtenido respuesta cuando hemos llamado por teléfono o nos hemos presentado allí y todo lo que hemos ido consiguiendo ha sido por ser pesados y por hablar con Toledo directamente. El hecho de que nuestro expediente llegara tan rápido a China y de haber sido asignados tan pronto, es una prueba más de que en la adopción las cosas nunca salen como piensas. Primero íbamos a pasar la Navidad allí y ahora tendremos que esperar a después de Reyes para poder saber algo más. 

Bueno, tengo a mi príncipe D. que me ayuda a vivir cada día intensamente. Y tengo a mi sobrina D. que me recuerda que al final todo saldrá bien. 

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